“…Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor…” Efesios 4:2
Que bueno es tener la capacidad de relacionarnos con las demás personas y disfrutar de una amistad que dure años y años. De manera lamentable hay personas que no logran cultivar relaciones pues no aceptan las diferencias personales.
Hay personas que si logran mantener vínculos importantes en su vida. Es importante saber que en todas las áreas de nuestras vidas las diferencias existirán. En el matrimonio, las parejas encuentran diferencias en varias áreas de su vida compartida, aún en aquellas que son fundamentales: las formas de divertirse, los estilos de comunicación, entre otras.
No es recomendable asumir actitudes inadecuadas ante las diferencias, lo más saludable, es cultivar una actitud comprensiva, tolerante y respetuosa, para no entrar en conflictos, divisiones o alejamientos. Las diferencias pueden ser vistas como amenazas, pero lo mejor es verlas más bien, como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.
Es una riqueza dada por Dios el tener amigos, pareja, familia y que con cada uno de ellos podamos aprender a disfrutar las diferencias que hacen que las relaciones sean dinámicas y atractivas.
Nuestro mundo natural, también es diverso, pues su creador tomó tiempo para pensar en cada detalle, en la multiplicidad y diferencias de elementos que lo hacen vivible, asimismo lo hizo con nosotros.
También la Palabra de Dios nos dice, que es hermoso cuando habitamos juntos y en armonía, porque allí hay bendición. Valora cualquier tipo de amistad que tengas, acepta las diferencias, de seguro encontrarás alguna cualidad en común y disfrutarás de una relación duradera.