Cuando en una película o programa dicen que ya no puede ser peor la situación, o alguien pregunta ¿Qué podría salir mal? Es como si fueran las palabras claves para desatar el caos.
No siempre nos preguntamos esas cosas, pero muchas veces cuando nos hallamos en aprietos, principalmente en situaciones difíciles que suelen prolongarse, pensamos que hemos llegado al límite, que hemos sufrido o soportado bastante, que ya no podemos o aguantamos más.
A veces lo que creemos ser el fin de una crisis o situación difícil, resulta ser sólo el comienzo, este fue el caso para Elimelec y Noemí al salir de Belén de Judá. Ellos pensaron que todo lo que habían pasado era lo máximo que podían soportar; hasta ese momento lo que habían enfrentado era solo asuntos económicos.
Tocar fondo, puede ser la oportunidad que Dios te da, para tomar impulso y salir a flote.
Les faltaba mucho por enfrentar: vivir como extranjeros en un pueblo hostil, sufrir varias pérdidas familiares, y además, regresar a su pueblo en una condición muchísimo peor que la condición en que salió.
A esto se le llama “tocar fondo” y aunque para muchos podría parecer el final, no siempre lo es. Dios tenía enormes planes de bendición para Noemí, y aunque ella se declaró en amargura al regresar, Dios le permitió tener un descendiente de su nuera que la amaba, el cual sería restaurador de su alma, y sustento en su vejez, y esa nuera llegó a ser de más valor para Noemí que siete hijos.
Marina Thompson. República Dominicana