Jesús con su muerte nos dió vida. Esta es una verdad absoluta que debemos creer con fe y determinación.
"Es necesario que Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:14-15
De acuerdo con la Biblia, el pueblo israelita sufrió esclavitud en Egipto por más de cuatrocientos años. Entonces Dios se compadeció de su pueblo, dándoles a Moisés, quien los condujo a la libertad y hacia la tierra prometida.
Este era un pueblo rebelde y desobediente, desafiando frecuentemente a Moisés y a Jehová, por lo que recibían muchos castigos. En uno de esos actos de desobediencia, murmuraron contra Dios y Moisés. Estaban quejándose de que los habían sacado de Egipto, para morir en el desierto, cansados, sin pan y sin agua.
Como consecuencia, Jehová envió serpientes ardientes, las que mordían a los caminantes, los que inmediatamente caían muertos. La realidad los hizo recapacitar, arrepintiéndose y pidiéndole a Moisés su intervención ante Jehová a fin de que éste tuviera misericordia de ellos. Jehová se compadeció e instruyó a Moisés para que fabricara una serpiente de metal y la colocara encima de un asta; cualquiera que fuera mordido por las serpientes y mirare la colocada por Moisés, viviría. (Números 21:4-8).
Jesús vino a cumplir su propósito.
Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna
Juan 3:13-16
Tiempo después, Jesús, el Unigénito, Hijo de Dios, vino a este mundo a predicar el mensaje de arrepentimiento y salvación. En una ocasión dijo: "Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquél que en él cree, no se pierda, sino tenga vida eterna" (Juan 3:14,15 ). Jesucristo vino a ofrecernos vida en abundancia, dando su propia vida en rescate por nuestras faltas. El murió nuestra muerte, para que nosotros viviéramos su vida.
Escrito por Hernán González Roca