“…pues he aprendido a contentarme…” Filipenses 4:11
Siendo maestra en grado de pre-kinder, una de mis metas, era que mis alumnos de cinco años, aprendieran las tareas de la Lectoescritura. ! Cuanta alegría experimentaba, cuando la mayoría dominaba un contenido de aprendizaje! ¡Cuanta preocupación, cuando esto no ocurría en algunos de ellos! Aprender es una de las herramientas de la vida, la cual, conduce a realizar acciones conscientes, para el bienestar en cualquier orden.
Cuando caminamos con Cristo, aprendemos con él; y lo que aprendemos, nos ayuda a ser mejores personas; y nos permite triunfar en situaciones extremas. Quizás usted, no esta en la lista de personas las cuales han sufrido hambre, Pero, en un momento dado, cualquier persona puede sufrir una necesidad.
Pablo, un hombre que decidió andar con Cristo, nos cuenta como ha sido su vida: tiempos buenos, donde ha tenido abundancia de alimentos, dinero y demás; y tiempos malos: con necesidades extremas, sin comida, dinero y no tener con que resolver. Estos dos tiempos en su vida, le enseñaron a estar contento. ¡Cuanta valentía, que disciplinado era este hermano! Esta pudiera ser una de las conclusiones, pero en realidad, Pablo anclo su aprendizaje en la fortaleza que recibía de parte de Cristo, con Cristo el pudo aprender a contentarse en lo altamente positivo: la abundancia y en lo altamente negativo: la escasez.
Si hay algo para aprender, de esta experiencia de Pablo, es su reconocimiento de que podía estar contento, porque Cristo le ayudaba. El aprendió, paso el examen, porque su maestro Cristo, estaba con él; y esta fue la gran diferencia. ¡Cristo nos puede enseñar, a estar contentos en esta tierra!
“En la abundancia y en la escasez, Cristo nos ayuda”