Restauración

Cuando el ser humano desobedeció a la voz de Dios, muchas cosas cambiaron,  el pecado dio entrada a la inseguridad, el temor, la muerte, la ruptura entre el hombre y su creador.  Dios sacó al hombre del huerto que había preparado, y puso guarda al camino de un árbol que había allí, a fin de impedir que el hombre tuviese acceso a él; era el árbol de la vida.

Esos  acontecimientos tuvieron lugar en los inicios de la humanidad, se hallan en los primeros capítulos de Génesis  y nunca más se habló del tema del árbol, hasta que nuevamente lo hallamos en el último libro de la biblia, como parte de una promesa especial que fue dada a una comunidad de fe en una situación muy particular.

Esta comunidad de fe era incansable, esforzada, activa y celosa con las cosas del Señor, pero, sorprendentemente detrás de tantas actividades y acciones, había un enorme vacío en cuanto al amor al Señor.

Para todo aquel  que pudiera reconocer que estaba en esta penosa situación  en su comunión personal con Dios, oculta bajo un manto de actividades, y se arrepintiese, el Señor le promete “darle a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.” Sí, ese mismo árbol que fue prohibido una vez, ahora es ofertado por el Señor como una muestra de restauración en la relación con el, Dios quiere una relación armoniosa y  genuina  con cada persona que le sirve.

Marina Thompson, colaboradora RTM República Dominicana