Sin Desmayar

Hace muchos años, una de mis compañeras de seminario y yo visitábamos a una joven nueva creyente, que con sumo interés cada semana nos recibía, y en sus atenciones  evidenciaba un gran fervor y deseo por La Palabra de Dios.   Aquella joven que tantas tardes recibió con tanto empeño  y cariño, cambió, ya nunca estaba cuando  íbamos a llevarle la enseñanza de La Palabra y no la vimos más por la congragación.

Pasado un tiempo mi compañera logró hablar con ella  y le confesó que había dejado de ir a la congregación por enterarse de algo muy malo que había hecho uno de los principales diáconos de la congregación.  Esa situación había causado en ella un desánimo del cual no pudo sobreponerse; como ella hay miles, y miles también son las diferentes situaciones que ocurrirán a nuestro alrededor que podrían causar que nuestro ánimo se canse  hasta desmayar.

Aunque Dios ha prometido ser implacable con aquellos que sean de tropiezo a los pequeños que creen en él,  La clave para no desmayar es mantener la vista puesta en Jesús, él es nuestro salvador y la meta es que todos lleguemos a su  estatura, si ponemos la vista en alguien o algo más,  es posible que tengamos excelentes ejemplos,  pero también es posible que suceda lo contrario y que nos sintamos defraudados.

Si mantenemos nuestros ojos en Jesús,  observando  cómo  él pudo llegar exitosamente  hasta el final de sus días, no importa lo que suceda a nuestro alrededor tendremos la fuerza para mantenerlos en pie.

Jesús es nuestra luz, no apartes tus ojos de Él.

 

Marina Thompson, República Dominicana