“Jesús le dijo: levántate, toma tu lecho y anda.” Juan 5:8
Este es el escenario: Un estanque con cinco pórticos y tendidos bajo estos, todo tipo de enfermos. Ciegos, cojos, paralíticos, esperando que las aguas del estanque fueran movidas milagrosamente para entrar y ser sanado el que lograra hacerlo primero. Dentro del grupo se encontraba este enfermo con 38 años de padecimiento, también a la espera. ¿Que les parece? ¡Cuanto tiempo sufriendo de una enfermedad! ¡Cuánto tiempo esperando que algo suceda para intentar cambiar de vida! Pero ocurre que Jesús se acerca y le hace una pregunta que pudiera parecer obvia pero muy significativa: ¿Quieres ser sano?
¿Qué ocurre con este hombre que no se percata de quién es que le hace la pregunta? Es posible que igual que él, tengas mucho tiempo esperando que “algo pase” en tu vida. Es posible que tengas la vida estancada por lo menos en algún aspecto importante. Pero Jesús se ha acercado, ha venido justo hasta dónde estás y te ha preguntado: ¿Quieres ser sano? ¿Quieres salir del atrapamiento en que estás? ¿Quieres liberarte de ese pecado que te controla? ¿Quieres dejar la amargura del pasado? ¿Quieres salir de la vida falsa, sin sentido? ¿Quieres ser sano?…
No caigas en la tentación de tratar de explicar porque estás dónde estás; simplemente mira al que te pregunta, el cual tiene todo el poder y la autoridad para levantarte, fortalecer tus brazos para levantar tu camilla y aligerar tus pies para andar. Quita tu mirada del estanque, no te perturbes por no tener quien “te entre al agua”, pon tu esperanza en quien puede y quiere llevarte a otros senderos…Jesús.